Las sectas destructivas, como es la secta adventista, tienen un método que les ha dado buenos resultados, basado en el triángulo tridimensional de vergüenza, culpa y miedo, que consiste en darle mucho amor, pero ocultan el reino del temor, a la víctima, para traerla al seno de la secta.Realmente, los sectarios usan el periodo de aproximación como el león hambriento en un grupo de animales observa cuál es que está más apto para que sea el desayuno de ese día
. Es decir, el animal que corre menos porque está mal alimentado o porque está enfermo, de seguro que esa será la presa del día.
Después del periodo de aproximación, y haberlo saturado de un supuesto amor que la Iglesia tiene hacia la víctima, ya está preparado para el tercer paso, que es el de la des-personalización de la victima
Cuando le han sacado su personalidad, es decir, su forma de ser feliz en un entorno social, en su entorno familiar, en su entorno económico, ya despersonalizado, el nuevo adepto, fuera de su entorno social, económico y cultural, esta víctima está completamente preparada para aceptar todo lo que el victimario le ordene.
En el caso de la secta destructiva Adventista del Séptimo Día, le dicen a la víctima que, para su beneficio espiritual, debe alejarse del entorno familiar, porque ellos son hijos de las tinieblas y la víctima es hija de la luz. La deslumbran con que ya éste pertenece a la nueva familia de Dios.
También le comunican que debe alejarse de sus amigos, porque estos la conducen por el camino del mal, y el camino del bien solo se lo brindan los nuevos amigos que encuentran dentro de la secta.
La peor destrucción que se le puede hacer a una víctima es el aspecto económico. Los adventistas exigen que fielmente el adepto les devuelva el 10% de todas sus entradas. Debe apartar fielmente un día a la semana, que es el sábado, como he dicho en otras partes. El sábado equivale a un 14% del tiempo-dinero, más las otras ofrendas y los días de culto. La victima también tiene que trabajar algunas horas gratis a la semana para la secta, llegando así a la escalofriante cantidad de 34% de las entradas tiempo-dinero de la víctima.
Lo ante expresado explica como la secta adventista te lava el cerebro, te manipula, te tortura, usa la represión espiritual, para inducirte sistemáticamente a un estado de dependencia psicológica de la secta.
. Es decir, el animal que corre menos porque está mal alimentado o porque está enfermo, de seguro que esa será la presa del día.
Después del periodo de aproximación, y haberlo saturado de un supuesto amor que la Iglesia tiene hacia la víctima, ya está preparado para el tercer paso, que es el de la des-personalización de la victima
Cuando le han sacado su personalidad, es decir, su forma de ser feliz en un entorno social, en su entorno familiar, en su entorno económico, ya despersonalizado, el nuevo adepto, fuera de su entorno social, económico y cultural, esta víctima está completamente preparada para aceptar todo lo que el victimario le ordene.
En el caso de la secta destructiva Adventista del Séptimo Día, le dicen a la víctima que, para su beneficio espiritual, debe alejarse del entorno familiar, porque ellos son hijos de las tinieblas y la víctima es hija de la luz. La deslumbran con que ya éste pertenece a la nueva familia de Dios.
También le comunican que debe alejarse de sus amigos, porque estos la conducen por el camino del mal, y el camino del bien solo se lo brindan los nuevos amigos que encuentran dentro de la secta.
La peor destrucción que se le puede hacer a una víctima es el aspecto económico. Los adventistas exigen que fielmente el adepto les devuelva el 10% de todas sus entradas. Debe apartar fielmente un día a la semana, que es el sábado, como he dicho en otras partes. El sábado equivale a un 14% del tiempo-dinero, más las otras ofrendas y los días de culto. La victima también tiene que trabajar algunas horas gratis a la semana para la secta, llegando así a la escalofriante cantidad de 34% de las entradas tiempo-dinero de la víctima.
Lo ante expresado explica como la secta adventista te lava el cerebro, te manipula, te tortura, usa la represión espiritual, para inducirte sistemáticamente a un estado de dependencia psicológica de la secta.
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